Siempre fui para ti La Mala del Cuento. La bruja que devora a los niños con la pancita llena de dulces y envenena a las muchachas con promesas de libertad. La madrastra envidiosa, la loba sedienta de sangre y juventud que corre libre y salvaje por los bosques inhóspitos de tus pesadillas más tenebrosas.
Será… porque nunca creí en los besos de amor eterno de príncipes descafeinados y preferí correr descalza a usar zapatos de cristal. O será… porque no me amedrentan las fieras ni me arrodillo ante reyes, pues no tengo amo a quien temer ni tampoco necesito siervas que cepillen mi cabello antes de irme a la cama.
No soy tan mala, muchacho, ni maléfica, ni cruel, así que no me culpes de tus desdichas y miserias, porque tú ya eras un sapo mucho, mucho antes de que apareciera yo.